"Hoy es el día", pensé mientras la pava pegaba su silbido avisando que otra vez el agua se había pasado. Quise no pensar demasiado, quise no emocionarme, quise tantas cosas... Pero el momento había llegado y no podía, aunque hubiese querido, escaparme.
Mientras preparaba el bolso, pensaba en las dos semanas esperando la oportunidad que hoy se presentaba. Todo sufrimiento, toda espera es, como decía una canción, el mejor tiempo perdido. Hasta la noche anterior en que recibí el mail...
"... Numbreon FC ha sido fundado..."
Casi se me pianta un lagrimón!! De toda una vida de ser subordinado, empleado, esclavo, hoy me tocaba a mi ser el manda más, el patrón, il capo di tutti. Iba a tener la chance de ser la cabeza de algo que tocaba la gloria, de fama mundial, de fortuna infinita, de festejos bañados en champan, de mujeres exuberantes, de lujosos autos, de tribunas blancas y banderas azules sostenidas por millones de personas cantando mi nombre en el obelisco al grito de "dale campeón"!!
El grito casi disfónico del chofer del 33 que me llevo a mi destino me bajaron de la nube: "QUIEN BAJABA EN IRIARTE Y HORNOSSSS??" Otra vez con la cabeza en otro lado... Pero ni el agua hervida ni la mirada fulminante de los pasajeros del colectivo me iban a sacar la alegría que llevaba adentro. Hoy iba a cambiar mi suerte, hoy iba a hacer feliz a mucha gente, hoy iba a sentirme parte de algo grande, glorioso. Nada podía salir mal.
O eso fue lo que pensaba...